Paulo Batista Gomes

Paulo Batista Gomes

quarta-feira, 14 de novembro de 2012

El antimperialismo es un elevado nivel de conciencia ciudadana nacional e internacional, es comprender que la liberación nacional de los pueblos y los procesos de construcción de experiencias socialistas pasa por un proceso de liberación internacional que produzca cambios de correlación de fuerzas, donde las corrientes democráticas, progresistas, de izquierda, de manera firme vayan expresando pensamiento y acciones libertarias, revolucionarias, de respeto mutuo, de solidaridad humana incondicional, contribuyendo de manera irreversible a la derrota y entierro definitivo de las fuerzas opresoras, antidemocráticas, terroristas, armamentistas que se apropian de talentos y recursos materiales, dejando secuelas de hambre, miseria, desempleo, destrucción de familias, entre otras consecuencias.

En esta lucha los Partidos Comunistas, la Clase Obrera y Trabajadores organizados han dejado una huella imborrable, que son parte de la memoria histórica revolucionaria. Destacan especialmente, la lucha contra el nazi-fascismo en la segunda guerra mundial (1939-1945), los movimientos anticolonialistas de África y Asia y las luchas anti dictatoriales y guerrilleras en América Latina y El Caribe, desde entonces. Tenemos razones poderosas, evidenciadas con las pruebas de la práctica, para afirmar que los mejores logros, avances democráticos, progresistas, de respeto a los derechos humanos, de reivindicaciones en las relaciones laborales, de seguridad social, de la masificación del derecho a la educación , la salud, trabajo, vivienda, se corresponden directa o indirectamente con el pensamiento y acción de los comunistas y por supuesto, no exentos de errores, fracasos, desviaciones, especialmente, y es la reflexión sobre la cual es urgente y necesario investigar, como consecuencia de la aplicación de métodos no revolucionarios, en la lucha antimperialista y en la construcción de experiencias socialistas.

Conocemos las armas de imperialismo, conocemos sus variados y terribles modos de actuación… conocemos sus objetivos… conocemos las consecuencias de su dominación y hegemonía. Justamente en la medida que más lo conocemos, más debemos reflexionar sobre cual son los métodos más revolucionarios para combatirlo, debilitarlo y en definitiva eliminar su presencia.

Insisto en lo del método, porque hasta ahora, la teoría explica que, según el método que se aplique, así serán los resultados, o sea pues, que si aplicamos métodos no revolucionarios en la lucha contra el capitalismo y el imperialismo, los resultados no serán revolucionarios.

¿Es el fanatismo y el dogmatismo, la arrogancia, la soberbia, el culto a la personalidad, la desorganización e indisciplina, el chantaje y persecución en los centros de trabajo, la manipulación ideológica, el fraccionalismo, la mentira, demagogia y oportunismo, la corrupción y desviación personal y grupal de los bienes y servicios públicos, la debilidad en la autocrítica y la crítica destructiva y persecutoria, el armamentismo absurdo, el asistencialismo, la cultura de gríngolas, el irrespeto, la intolerancia, desviar el poder de la clase obrera y los trabajadores hacia otras expresiones sociales, el desdén hacia la industrialización, el consumismo de productos del imperio y, por último el reformismo y al violencia por sí mismo, rasgos de métodos revolucionarios? , creo que hay consenso entre los auténticos comunistas a una respuesta firme y categórica… NO, NO son rasgos de métodos revolucionarios y su aplicación podría conducirnos con mucha certeza a resultados NO REVOLUCIONARIOS.

La lucha antimperialista hoy exige pues lo máximo de eficacia, efectividad y eficiencia revolucionaria, de una base científico-técnica fortalecida por tanta experiencia, de la unidad, organización y solidaridad de la clase obrera y trabajadores de todos los países, con una sólida base ética, combatiendo con firmeza cualquier expresión que revele vestigios de crisis de autenticidad. Nuestra lucha antimperialista, si quiere ser auténtica, tiene que ser, no queda escapatoria si queremos frenar cualquier involución. “LA NEGACIÓN DE CUALQUIER RASGO OBSERVABLE EN LOS MÉTODOS IMPERIALISTAS”.

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